Las tres mociones que presentó el Grupo Municipal
del Partido Popular en el pleno celebrado esta mañana en el Concello de Vigo
fueron aprobadas. Una circunstancia que se reproduce en los últimos plenos con
las cuestiones que plantea el PP. La explicación es fácil: las propuestas que
hace el Partido Popular son las que les preocupan a los ciudadanos, las que
están cerca de sus inquietudes y que pueden resolver sus problemas cotidianos.
El Grupo Socialista se quedó sin argumentos frente a esas tres propuestas,
hasta el punto de que apoyaron dos de ellas. Aunque luego, claro, no las
aplicarán.
La primera fue defendida por el concejal popular
Roberto Relova, que reclamaba la ampliación del horario de la pinacoteca
municipal, así como la elaboración de un plan de coordinación entre todos los
museos de la ciudad. Relova incidió en la inoperancia del horario que tiene ahora
la pinacoteca, situada en la calle Abeleira Menéndez y en la que teóricamente
se exhibe lo mejor de la colección de Castrelos. En la actualidad, solo abre de
seis a nueve de la tarde, con lo que se pierde el "tirón" que podría
tener para los turistas y visitantes y, sobre todo para promocionar la colección
de arte entre los cruceristas que llegan a Vigo y cuyo horario no coincide con
el de apertura de dicha instalación.
La segunda moción, defendida por Marcos Aráujo,
fue aprobada por unanimidad. Básicamente reclamaba que se agilizasen los
trámites para la obtención, en las oficinas del Concello, de las tarjetas de
Vitrasa para pensionistas I y II. Una demanda que llegó a las oficinas del
Grupo debido, entre otras cuestiones, a las importantes esperas de los
ciudadanos que tienen derecho a esta tarjeta y que tardan en recibirla hasta
casi quince días, durante los cuales deben pagar el billete ordinario del
autobús urbano. Además, en la moción se indicaba que se reforzase el personal
municipal que atiende la ventanilla, para evitar colas y aglomeraciones que se
observan a diario.
La tercera de las mociones fue presentada por
Miguel Fidalgo y también obtuvo el voto de todos los concejales presentes en la
sesión. El acuerdo se refiere a que el gobierno municipal inicie las
negociaciones pertinentes con las empresas concesionarias de servicios en la
ciudad, a fin de que recorten sus beneficios y que esa rebaja redunde en un
descenso del recibo que los vigueses pagan esos servicios: agua, recogida de
basuras, ORA, grúa municipal, Vitrasa, etcétera. Unos precios que en Vigo son
los más altos de toda Galicia. Fidalgo acuso al alcalde de haber convertido a la
ciudad en “el paraíso de las concesionarias”.
El portavoz del Grupo Municipal, José Manuel
Figueroa, rechazó las tres propuestas que presentó el Grupo Socialista y que
solamente tenían por objeto desprestigiar el trabajo de la Diputación
Provincial en Vigo. Unas propuestas de los socialistas que iban desde que la
Diputación aportase 40 millones de euros para reformar Balaídos hasta que otorgase
a los museos de Vigo la misma cuantía de 4 millones que destina al Museo de
Pontevedra, o que humanizase varias carreteras y calles que son de competencia
provincial. Figueroa repasó las inversiones millonarias de la Diputación en
Vigo en materia deportiva, con todos los campos de fútbol de las parroquias. Además,
argumentó que “la Diputación optimiza sus recursos y prioriza, en momentos de crisis
como los actuales, los gastos en políticas de apoyo a colectivos sociales que
son los que más precisan de fondos para hacer frente a los que menos tienen; y también
lo hace con asociaciones culturales y deportivas que, en caso contrario, no dispondrían
de dinero suficiente para realizar unas actividades que llegan a miles de
vigueses”.
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