Figueroa: "La falta de talante del PSOE le lleva a no querer dialogar con quienes dicen cualquier cosa que no le gusta al alcalde"
Fidalgo prueba en el pleno que el gobierno municipal incumple la ley al no pagar facturas en los plazos máximos previstos
Cinco minutos de protestas de varias decenas de trabajadores fueron esta mañana suficientes para que el alcalde levantase la sesión plenaria y suspendiese la reunión de la corporación local más importante del año, aquella en la que deberían haberse discutido las cuentas municipales del 2013. Han sido los propios los trabajadores de algunas contratas los que exigieron ser escuchados por diferentes problemas relacionados precisamente con la falta de atención en las cuentas de este año.
Pero al socialista Abel Caballero no le hizo ninguna gracia que la "foto" plenaria fuesen las quejas de sus trabajadores y optó por levantar la sesión y convocar una junta de portavoces para intentar incluso que la reanudación del debate se celebrase a puerta cerrada.
No ocurrió así, en gran medida por que el PP se negó. El portavoz de los populares, José Manuel Figueroa, dejó claro a la salida del pleno que "ha sido la falta de talante para el diálogo del alcalde la que ha servido para suspender el pleno". El Partido Popular hizo un llamamiento al gobierno municipal para que "reciba, escuche y atienda" a los trabajadores de las contratas, "incluso cuando piensen de un modo diferente a lo que piensa el alcalde". Para Figueroa, "Caballero opta por expulsar y no recibir a todo aquel que no repita lo que a él le gusta escuchar".
El grupo municipal del PP pidió "el máximo respeto" para las protestas de los trabajadores de las contratas municipales y solicitó "la atención debida a las quejas del personal" por parte del gobierno vigués.
Con posterioridad a la suspensión del pleno, Caballero intentó en la junta de portavoces que la nueva fecha de celebración incluyese una sesión a puerta cerrada. El Partido Popular impidió al alcalde una medida de este tipo y forzó una convocatoria abierta al público, como merece el debate político más trascendente de una administración pública: aquel en el que se deciden los números del ejercicio en curso.
Facturas en los cajones
El poco tiempo en que la Coporación pudo confrontar sus posturas sirvió para que el concejal popular Miguel Fidalgo dejase meridianamente claro que el gobierno de Caballero está incumpliendo la ley al no abonar facturas en los máximos plazos establecidos por la regulación vigente. Así está ocurriendo con una porcentaje importante de las más de dos mil facturas "retrasadas" por el gobierno municipal, muchas de ellas "perdidas" en los cajones y denunciadas por el interventor municipal en una acción que le valió no pocas represalias del propio Caballero.
En concreto, Fidalgo aludió a un reciente informe del tesorero municipal en el que reconoce que el período medio de pago es de 82 días, en lugar de los 40 que la ley establece como máximo. Además, el mismo documento oficial refelja que existen 91 facturas que llevan esperando más de 512 días de media para su tramitación y pago. Estas últimas suponen un importe global superior a los dos millones de euros.
Fidalgo también lamentó y evidenció que el Concello vigués es el penúltimo de los grandes de Galicia en el índice de transparencia recientemente publicado por una firma especializada. Este punto ni siquiera fue rebatido por la concejala socialista de Hacienda, Raquel Díaz, quien limitó su intervención a presumir de los 36 días de media que supuestamente, según el PSOE, emplea el gobierno local en abonar los pagos a sus principales acreedores. El tema choca frontalmente con la impresión expresada en documentos oficiales por el interventor municipal, quien apuntó la existencia de 4,6 millones de euros en cientos de facturas "escondidas" dentro de la contabilidad y que su informe se encargó de "aflorar" sin que el PSOE haya explicado todavía a qué es debido este retraso ni cómo ni cuándo se piensan regularizar estos pagos.
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