Así lo ha manifestado esta mañana Ruiz-Gallardón en el discurso que ha pronunciado en el marco del acto de entrega de la Gran Cruz del Orden de San Raimundo de Peñafort al exministro socialista Francisco Caamaño y al Cuerpo de Letrados de las Cortes Generales. Dicho acto ha contado con la presencia del presidente del Senado, Pío García Escudero.
El titular de la cartera de Justicia ha explicado que una ceremonia como esta tiene un "doble significado" porque por una parte es el "justo reconocimiento a aquellos que como juristas han servido al Estado democrático y social de Derecho con lealtad y dedicación" y por otra es "la oportunidad que dicho Estado encuentra para poner de manifiesto la contextura humana y personal, junto al propio marco legal que es lo que le configura y le da vida".
Para Ruiz-Gallardón, esta segunda faceta, "la que resalta el valor de unas instituciones sin las cuales no puede concebirse ningún progreso ni justicia ni carácter democrático del poder, concierne en realidad a todos los ciudadanos, al conjunto de la sociedad española que no puede permitirse añadir una crisis de confianza en torno a las instituciones representativas que venga a agravar la ya de por sí difícil crisis económica y social que vivimos".
Respecto a los galardonados, Gallardón ha dicho que el Cuerpo de Letrados de las Cortes Generales es "uno de esos componentes humanos y profesionales" que prestan "consistencia y rigor" al Estado democrático. "Hoy su actividad no cesa, sino que se acentúa. Su utilidad aumenta y su criterio se respeta más cada día como consejero legal y jurídico de carácter objetivo que coadyuva a la trascendental tarea legislativa", ha señalado.
"En una sociedad de creciente complejidad como la nuestra esa actividad del legislador se extiende a nuevos y a menudo inéditos territorios, trasladando así esa complejidad social a la propia técnica legislativa", ha explicado, para después añadir que "en toda esa evolución el Consejo de Letrados ha sabido estar a la altura de las circunstancias, avanzando de la mano de la sociedad española y siendo punto de apoyo esencial al Parlamento durante más de 20 décadas".
"EL PRESTIGIO" DEL CUERPO DE LETRADOS
En este sentido, ha dicho que "no es raro" que el rasgo que mejor defina al Cuerpo de Letrados sea el "prestigio" por la "rectitud y exigencia en los criterios de acceso, por el reconocimiento y capacidad de sus méritos". "Es lógico y justo concederle ahora la más alta distinción", según ha concretado, como premio "por los servicios prestados a favor del desarrollo de la justicia y del derecho".
Además, Ruiz-Gallardón ha reconocido que le ha sido "especialmente grata" la entrega de la "merecida" Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort a Francisco Caamaño, quien ha sido "el último ministro de Justicia y por ello, presidente de la Junta de Gobierno de la misma orden".
El ministro de Justicia ha indicado que ese último cargo institucional tiene "grandes responsabilidades", momentos "difíciles" y decisiones "delicadas" que pueden ser entendidas, aplaudidas o criticadas. Sin embargo, ha afirmado que "es preciso reconocer el valor fundamental que todo acto de gobierno supone, que no es cosa distinta que decidir".
"Decidir en interés de los ciudadanos y de acuerdo al compromiso adquirido con ellos. Decidir aún cuando no siempre sea fácil. Decidir para que el servicio a los españoles no se limite a la mera representación de su voluntad, sino que se traduzca en la ejecución de la misma", ha expresado.
RECONOCIMIENTO Y GRATITUD
En esta línea, ha manifestado que el cardo de ministro de Justicia es un "eslabón fundamental" entre el Poder Ejecutivo y Judicial. "El ministro de Justicia es para bien de esa función y sólo ya por eso Francisco Caamaño merece reconocimiento y gratitud", ha subrayado.
En esta misma línea, ha explicado que durante "casi tres años" Caamaño ha sido el responsable de la "preparación y ejecución de la política de gobierno para el desarrollo de su ordenamiento jurídico, del ejercicio del Derecho de Gracia, de la asistencia jurídica al Estado, de la coordinación de la justicia en el Estado Autonómico y de la cooperación jurídica internacional".
Asimismo, ha querido reconocer, "con independencia de las diferencias ideológicas" en el Parlamento, su "talla como hombre de Estado" y ha reconocido que dejó un "muy buen recuerdo" en el Ministerio de Justicia.
Por su parte, Francisco Caamaño ha expresado que la línea sobre la que quiso ordenar su trabajo como ministro de Justicia fue "poner las transiciones de los valores de la justicia en la sociedad respecto de la estructura legal que uno tiene".
"En eso el diálogo permanente con los jueces, con los fiscales, con los abogados, con los procuradores es fundamental", ha señalado, al tiempo que ha justificado que lo es porque son ellos los que están "en esa primera línea de contacto con la gente" y los que dicen que "la justicia cambia y evoluciona".
"DISCUTIR SÍ, PERO ESCUCHARLES TAMBIÉN"
Caamaño ha destacado, en este sentido, que él lo intentó hacer en su etapa y se ha mostrado seguro de que "el actual Gobierno lo está también intentando hacer, pero para ello el diálogo permanente con todos estos sectores... discutir sí, pero escucharles también, es un elemento fundamental".
También el extitular de Justicia ha afirmado que vive "con cierta preocupación" la demanda social respecto de los casos de corrupción, por lo que considera "necesario limpiar profundamente todos los vasos". "Allí donde no del todo claros, dejarlo translucido para que sean transparentes. No lo están demandando con fuerza y exige decisiones valientes", ha enfatizado.
El Letrado Mayor de las Cortes Generales, Manuel Alba, quien ha recogido el galardón, ha señalado que se trata de un "gran honor" recibirlo y que lo considera "merecido". Así, ha valorado los 200 años que ha podido cumplir el Cuerpo de Letrados y "en plenitud de forma, contribuyendo con la mejor de sus capacidades al avance y progreso de la nación".
Finalmente, Alba también ha querido respaldar a la clase política y ha opinado que los que trabajan con ellos "codo con codo" todos los días, desde su punto de vista, deben decir "cuanto de injusto y poco fundado hay en la generalización" y en la "descalificación global".
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