“Es un ejemplo más de la forma sibilina de hacer las cosas. Adjudican un proyecto y posteriormente, mediante reformados, difieren la financiación. En la calle Brasil, que ya debía estar terminada, han aprobado incluso una anualidad para 2014”, reprocha la edil del Partido Popular.
“Sigue habiendo un Vigo de primera y otro de segunda; en el pleno de la semana pasada se aprobó por unanimidad la propuesta del PP de realizar un plan de asfaltado y aún no se ha iniciado su redacción”, censura Egerique.
“El Grupo Popular no está en contra de las reformas en las calles, pero sí considera que deben de priorizarse las inversiones municipales en las obras”, afirma.
“Es un absurdo”. Así definió la concejala del Grupo Popular, Teresa Egerique, la decisión del gobierno municipal de llevar a cabo inauguraciones de tramos de calles humanizadas, en una muestra más de las “políticas de parches” que se realizan en Vigo.
La concejala del Grupo Popular censuró el acto de esta mañana en la calle Brasil, donde el regidor y miembros de su gobierno acudieron a “inaugurar” el tramo humanizado comprendido entre Pizarro y Santo Domingo, mientras el resto de la calle permanece en obras u con zanjas. “Realmente es absurda esta forma de proceder e inaugurar 30 metros de una calle. Como sigan a este paso, van adornar con una cinta inaugural cada una de las losetas que coloquen en las calles”, recriminó la edil del PP.
Según la documentación oficial, la obra de la calle Brasil se adjudicó, “como un todo”, entre Pizarro y Gran Vía, en diciembre de 2011. “Ni se contemplaban fases ni tramos”, subrayó Teresa Egerique. El periodo de ejecución era de 18 meses, con lo que debería estar terminada en su totalidad ahora. Inicialmente la obra se distribuyó en tres anualidades: de 2011 a 2013. “Sin embargo, a mediados de 2012 se produjo un ‘reajuste’ de ese plan de inversión, reduciendo el coste de la obra en 2012 y 2013 y creando una nueva anualidad para 2014”, explicó la edil del Partido Popular.
“Es una forma sibilina de hacer las cosas, ya que el gobierno municipal, además del absurdo de inaugurar por tramos las reformas de las calles, varía los términos de las adjudicaciones. Primero compromete unos plazos y luego los cambia a su gusto. Crea expectativas en los vecinos, que luego difiere en el tiempo. Lo de la calle Brasil es un ejemplo de que el gobierno vigués solo piensa en sus propios réditos y no en las necesidades de los residentes en cada zona”, manifestó Teresa Egerique, que negó que el Partido Popular se oponga a las humanizaciones, como proclama el alcalde: “Estamos a favor de que se humanicen las calles, pero también de que las cosas se hagan bien y no haya que reparar las aceras al poco tiempo de que entren en funcionamiento. Además, defendemos que en tiempos de crisis como los que vivimos, se prioricen las inversiones en obras”.
En ese sentido la concejala del Grupo Popular insistió en que hay calles de “primera y de segunda” para el gobierno municipal. “Mientras unas zonas se engalanan, otras permanecen en el más absoluto ostracismo, tanto en el centro de la ciudad como en las parroquias”, señaló. Egerique recalcó que “el Partido Popular propuso en el último pleno la elaboración de un plan de asfaltado para la ciudad, que se aprobó por unanimidad, y no se ha iniciado ningún proceso para su redacción, ni se ha ordenado el inicio de la misma”.
“Es la política del parche, del oportunismo, de la carencia de planificación y de las ‘trampas’ con las que se engaña continuamente a los ciudadanos”, resaltó Teresa Egerique.
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