miércoles, 20 de febrero de 2013

Rajoy presume de haber evitado el "naufragio" pero admite que la realidad es dura y sin "brotes verdes"


Asegura que la herencia recibida le han impedido aplicar sus promesas electorales pero subraya que ha cumplido "con su deber" Dice que los españoles "no son niños" sino que son conscientes de las dificultades y que "con mejor o peor humor" aceptan "los sacrificios"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha admitido este miércoles ante el Pleno del Congreso que la situación económica de España sigue siendo "difícil" y que no puede hablarse de "brotes verdes" pero ha subrayado que su Ejecutivo ha evitado el "naufragio" y la "ruina" del país. En este sentido, ha afirmado rotundo que "nadie piensa hoy que España no podrá salir adelante".

"Hemos demostrado que merecemos confianza, que somos de fiar, que nuestra palabra vale como un contrato, que pagamos nuestras deudas y cumplimos nuestros compromisos. Éste es el mejor resumen de todo lo que hemos logrado en un año: podemos encarar el futuro con seguridad porque tenemos un futuro, y eso hace un año no lo teníamos", ha proclamado.

Ésta idea de que el "barco no se ha hundido" a pesar de la pérdida de empleos y el "dolor" que han supuesto sus medidas ha sido una de las más repetidas en su discurso en el Debate sobre el Estado de la Nación, el primero que afronta como presidente del Gobierno. "Los españoles hemos demostrado que merecemos que se nos ayude, no que se nos dirija", ha enfatizado.

"EL DRAMA" DE LOS 5.965.400 PARADOS.Rajoy ha arrancado su intervención con el dato de los 5.965.400 personas que están en paro, un "drama" y "una dura realidad" que, según ha dicho, obliga a que "el primer y más esencial" objetivo de su Gobierno consista en la "vuelta" a esta situación.

Con ese cifra récord de paro en la UE, ha rechazado que pueda hablarse en este momento de brotes verdes en España. "Nada de brotes verdes ni nubes pasajeras ni anticipos primaverales. La realidad social y económica de nuestro país es terriblemente dura y, sobre esa base, tenemos que cimentar nuestras actuaciones", ha aseverado.

Por eso, ha dicho a los que piden "una cierta relajación" en el proceso de cambios que está en marcha, que no habrá "ni un solo minuto de relajación o sosiego" porque el camino que queda por delante es "todavía largo y difícil".

"NADIE PIENSA QUE ESPAÑA HOY NO SALDRÁ ADELANTE" Pese a encabezar ese ránking de desempleo, Rajoy ha destacado que las políticas que ha puesto en marcha a lo largo del último año han evitado la intervención de España. "Hemos cumplido una doble tarea: evitar el naufragio que amenazaba nuestro país y, sin perder un minuto, iniciar todas las reformas que exigía nuestro sistema productivo", ha enfatizado.

A renglón seguido, Rajoy ha subrayado que esa tarea "no ha sido fácil ni agradable" y ha reconocido que "no lo ha entendido todo el mundo". "Sólo diré una cosa: entre los que nos contemplan desde fuera, nadie apostaba por España hace un año, nadie. Pues bien, nadie piensa hoy que España no podrá salir adelante", ha resaltado, cosechando un fuerte aplauso de la bancada del Grupo Popular.

Para Rajoy, ésta es "la diferencia que va del 2011 al 2013", ya que ha defendido que en este último año las medidas adoptadas por su Ejecutivo han "dejado atrás la inminencia constante del desastre" y el país comienza ahora "a ver despejada la senda del futuro". A su entender, sería "negar la evidencia" no reconocer que "el giro que ha experimentado" la situación del país ha sido "muy considerable".

Aunque ha señalado que se ha "logrado mucho", también es "muchísimo lo que queda por hacer" antes de sentirse "satisfecho". "Hemos superado una etapa trascendental, la más difícil. Me alegra poder decirlo porque era muy importante que los españoles pudieran comprobar que los sacrificios no se hacen en vano", ha apostillado.

"HE CUMPLIDO CON MI DEBER"Rajoy ha recordado la alta cifra de déficit con la que se encontró al llegar al Gobierno (el 9% frente al 6% que le dijo el PSOE), una herencia que, según ha reconocido, le "obligó" a realizar ajustes y le ha impedido cumplir con los compromisos electorales con los que se presentó a las elecciones generales de 2011.

Con ese panorama que dejó el Gobierno socialista, ha proseguido, tenía "gracia" que se le reprochara que dejara de lado sus promesas electorales y que no creara empleo pese a que España estaba en "recesión". "No me ha sido posible cumplir con alguno de mis compromisos electorales porque he tenido que cumplir con mi deber como presidente del Gobierno", ha remachado.

Según ha relatado, en este primer año de Gobierno ha tenido que tomar medidas "muy duras" pero por mucho que lo fueran, "no lo podían ser tanto como que no se tomara ninguna". "Eso sí que podía ser duro --ha enfatizado--. De lo que no se habla es de los sacrificios y sufrimientos a los que habríamos estado expuestos si el Gobierno no hubiera cambiado el rumbo de las cosas".

Rajoy ha manifestado que no hace falta "mucha imaginación" para suponer lo que habría ocurrido en España si no toma esas medidas y ha agregado que "basta con mirar" a lo que ha ocurrido en otros países. Dicho esto, ha explicado que eligió esa senda "temporal de renuncias y estrecheces" para no caer en "un agujero de renuncias, estrecheces y desempleo permanente".

"Todo cuanto el Gobierno ha hecho a lo largo de estos doce meses ha estado dirigido al objetivo prioritario de no sucumbir ante la crisis. Hicimos lo que cualquier gobierno responsable hubiera considerado su deber. Cumplimos con nuestro deber", ha remarcado.

QUEJAS DE LOS CIUDADANOS POR SUS MEDIDASRajoy ha reconocido que hay "quejas" de los ciudadanos por sus medidas pero al mismo tiempo "una convicción general de que, por duro que resulte, ése es el "camino inevitable". En este sentido, ha recalcado que los españoles "no son niños" sino que son "conscientes de las dificultades" y saben "distinguir perfectamente lo que les ayuda de lo que les perjudica, y no confunden lo que les gustaría con lo que les conviene".

"Y porque lo saben, lo aceptan. De mejor o peor humor, con mayor o menor resignación, pero aceptan los sacrificios. Aceptan lo inevitable", ha asegurado, para añadir que "lo más ingrato" para los españoles es que "no palpan los resultados porque cada uno los mide desde su situación personal y de su empleo".

Sin embargo, se ha comprometido a mantener una línea de actuación "inalterable" porque bastante tiempo ha perdido España "por hacer las cosas a salto de mata". Tras asegurar que ni la "improvisación, ni los bandazos ni la imprudencia ni la impaciencia" figuran en su programa, ha querido dejar claro que no abandonará el esfuerzo antes de que España esté recuperada.

"Se nos podrán reprochar muchas cosas pero nunca la cobardía de no cumplir con nuestro deber por temor a los riesgos o a la impopularidad", para concluir de nuevo con la idea de que su Gobierno ha conseguido que el barco no se hunda y que los españoles han demostrado que son "de fiar" y han "conquistado la oportunidad" de poder plantearse el futuro sin que sean "otros" los que les "dirijan" o "dispongan" del futuro del país.

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