Primero. Durante años, la Xunta ha mantenido en sus presupuestos la consignación para construir la Ciudad de la Justicia en Vigo, que sigue siendo uno de sus objetivos en la ciudad.
Segundo. Ha sido el alcalde de Vigo el que ha boicoteado sistemáticamente el proyecto, al no ceder los terrenos para ejecutarlo como hacen en el resto de las ciudades de Galicia.
Tercero. El alcalde Vigo no “regala” ningún terreno, porque es su obligación para acometer este tipo de obras, poner las parcelas para el edificio a disposición de la Xunta de Galicia.
Cuarto. Si tan excelente y magnánima es su oferta, que la lleve a cabo él mismo, como hacen el resto de los alcaldes de otras ciudades de Galicia y como es su obligación para con los vigueses.
Quinto. Pretende eludir sus responsabilidades como alcalde y seguir en su enfrentamiento constante con la Xunta de Galicia.
Sexto. El alcalde de Vigo, con su ilusoria política de enfrentamientos, priva a los vigueses de contar con una infraestructura judicial de suma importancia, unas dotaciones con las que ya cuentan otras ciudades de Galicia. Sexto. El alcalde de Vigo es el único que, en todos estos proyectos, pone disculpas de mal pagador y sobre todo de pésimo colaborador.
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