Según explica Anfaco en un comunicado, Verité ha investigado los indicadores de trabajos forzados en la producción de distintos bienes entre 2008 y 2011, entre los cuales se encontraba el atún en Filipinas, el segundo país del mundo en capturas de esta especie y quinto en producción de conservas.
Así, indica que, si bien este país ha prestado "mucha atención a los aspectos ambientales y económicos", afirma que "poca" se ha visto reflejada en las condiciones de trabajo y "menos aún" en indicadores específicos de trabajos forzosos.
Anfaco recuerda que la actual reforma del Sistema de Preferencias Arancelarias Generalizadas posibilita que Filipinas pueda solicitar ser beneficiario de su régimen especial de estímulo del desarrollo sostenible y de la gobernanza pero advierte de que el país "no cumpliría con el requisito exigido en cuanto no está aplicando efectivamente los convenios internacionales fundamentales de la OIT sobre derechos laborales".
En general, el análisis refleja que los empleados del sector del atún "tienen limitada la capacidad de controlar o cambiar cualquiera de sus condiciones de trabajo", pues "el sistema es establecido por quienes tienen más dinero --armadores o empresarios-- y los trabajadores sienten que su única opción es aceptar las cosas como son".
"SOMETIMIENTO E INDEFENSIÓN"
Según el informe, los trabajadores del sector atunero filipino, tanto los dedicados a la pesca como a la transformación, se encuentran "en una situación total de sometimiento e indefensión" ya que, entre otras cuestiones, "no disponen de ningún sistema para realizar quejas" y, si alguien realiza alguna, "será incluido en una lista negra que evitará que pueda volver a ser contratado".
Además, los operarios --en su mayoría mujeres-- han pasado de una relación directa con la empresa a ser contratados a través de cooperativas que los "mantienen en una constante inseguridad por la temporalidad y la dificultad de una relación directa con la empresa", dificultando además la "unión y organización" de los trabajadores.
El informe también refleja que, aunque el sector tiene establecidos salarios mínimos, "estos no se cumplen y además el horario laboral establecido en 8 horas se ve incrementado continuamente sin retribución adicional".
Por otra parte, el documento también indica que "muchas veces las condiciones de trabajo de los pescadores de buques atuneros se sobreentienden" sin existir una relación contractual formal, lo que lleva a que las condiciones de los pescadores estén "a merced del armador" durante la marea.
Finalmente, señala que el actual sistema de pago de salarios a estos pescadores "crea una deuda permanente con el armador o empresa y no asegura unos beneficios para los trabajadores", teniendo en cuenta que "muchas veces reciben parte del salarios al embarque para asegurar ingresos a su familia, lo que les hace ya contraer una deuda con sus contratistas". Según denuncia, esta situación supone una "relación constante de inseguridad y sometimiento".
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