viernes, 31 de mayo de 2013

Peinador, obligado a aprender de su historia

Las numerosas y contradictorias opiniones y declaraciones políticas sobre la realidad actual del aeropuerto de Vigo y sobre sus posibilidades de futuro nos obligan a todos a una profunda reflexión sobre los aciertos y errores cometidos en los últimos años con la gestión y estrategia de Peinador. Sólo aprendiendo de la experiencia podremos optimizar nuestra manera de enfocar el futuro, y también los recursos públicos, por el bien de nuestra plataforma aeroportuaria y por el bien de Vigo.

Lo más fácil para mí y para la formación política que presido sería sumarme sin más a la corriente de opinión que sugiere que inyectar millones de euros en subvenciones públicas directas a las aerolíneas sería el antídoto perfecto para la caída de pasajeros en nuestra terminal viguesa. Pero creo que actuar así sería darle peligrosamente la espalda a la realidad. El dinero público es un bien escaso, hoy más que nunca, y la historia nos muestra que sin una estrategia conjunta la realidad aeroportuaria fracasa. Es hora de analizar, no de dinamitar. Es tiempo de decidir entre todos y no de que unos cuantos revienten los imprescindibles escenarios de diálogo.

Por suerte, Vigo lleva muchos años trabajando en su política aeroportuaria y combinando diferentes opciones para mejorar los números de Peinador. Hoy ya sabemos lo que ha funcionado y lo que no. Y me resisto a tirar por la borda esa experiencia y caer en un debate político estéril sobre la suma de las subvenciones en Vigo, Santiago y A Coruña, y la subasta del dinero público entre las compañías aéreas.

Por desgracia, en las últimas semanas aludimos con demasiada frecuencia a la "subvención" y muy poco a la "gestión". Y la experiencia nos debería hacer convenir a todos que sin "gestión" de poco o de nada han servido hasta el momento las subvenciones.

Desde nuestro punto de vista, hay dos grandes maneras de enfrentarse al futuro de los aeropuertos en Galicia: seguir pensando que la única fórmula posible es detraer dinero público de las administraciones para entregárselo a las aerolíneas; o trabajar en la combinación de los intereses de las compañías aéreas con los intereses de la ciudad, de sus empresas y de sus potencialidades turísticas, para optimizar esa inversión pública y buscar su verdadera eficiencia.

Seguimos creyendo que el futuro de Peinador, como el de Lavacolla o el de Alvedro, pasa por la coordinación, la complementariedad y la especialización de las terminales. Desde una mesa de trabajo conjunta y con margen (por supuesto) para la competencia racional y para la regulación propia del mercado.

El dinero público no está para subvencionar directamente a las aerolíneas, y no debe fluir como fruto de presiones políticas, sino como consecuencia del diálogo y de una estrategia conjunta que nos lleve a alguna parte. Este esfuerzo público no nos puede conducir a la peor competencia posible, aquella que no aporta estratégicamente nada y que se centra exclusivamente en el corto plazo (esencialmente político). Mas bien debe ser un pilar central de la estrategia de coordinación, especialización y complementariedad de la que tendremos que dotarnos para hacer frente a nuestra competencia real, que el Oporto.

No deja de ser paradójico que quienes ahora usan toda su agresividad política para exigir un comportamiento concreto de las administraciones públicas son precisamente los mismos que reventaron hace dos años el diálogo con esas mismas administraciones sobre el futuro y la estrategia aeroportuaria.

Repito la necesidad de aprender de los errores históricos y analizar lo ocurrido en los últimos años. Y la realidad es que, desde 2008, el Concello de Vigo no ha presentado ni un solo plan estratégico para nuestro aeropuerto. Ni un llamamiento al diálogo de todas las fuerzas políticas para trabajar por el futuro de la terminal, ni una propuesta de gestión ordenada con los sectores estratégicos del área metropolitana...

Por contra, hemos tenido que asistir con tristeza a la ruptura del consenso al que Vigo había llegado para gestionar su aeropuerto a través de técnicos especializados aglutinados en torno a la Fundación PROVIGO. Hemos contemplado cómo el Concello se levantó de la Mesa de Coordinación abierta en 2011 por la Xunta para agrupar y dar sentido a los esfuerzos (públicos y privados) por la mejora de las tres terminales autonómicas. Y hemos visto con estupor cómo Peinador perdía sistemáticamente sus rutas a Londres, Bruselas, Sevilla, Zaragoza, Córdoba o Valencia; mientras desde la Alcaldía se inundaba la opinión pública con promesas de nuevos vuelos directos a Huesca, México, Málaga, Milán, Frankfurt, Munich o Roma. Ninguno de ellos se materializó.

Apelo a la responsabilidad de todos para salvar este crítico momento de nuestro aeropuerto con el máximo rigor y seriedad posibles, y no desde posiciones partidistas y poco profundas que no contribuirán sino a persistir en los errores de los últimos años. Contad con mi apoyo personal y el de mi formación política para abordar soluciones constructivas para Peinador. El Partido Popular siempre estará dispuesto al diálogo y a la búsqueda de consensos que nos permitan alcanzar resultados a medio y largo plazo, huyendo de "parches" que insistan en los fracasos de los últimos años.

Porque no es cierto que la Xunta presidida por Alberto Núñez Feijóo haya privilegiado a ningún aeropuerto en detrimento de otro. Lo que sí ocurrió fue que los alcaldes de las tres ciudades con terminales aéreas operativas se negaron a sentarse con el Gobierno autonómico para hablar de conceptos tan necesarios como la coordinación, la complementariedad o la especialización de Peinador, Lavacolla y Alvedro. Respecto a las cifras, conviene recurrir a las estadísticas oficiales (que son públicas) para analizar lo ocurrido. Un vistazo a las mismas desmonta cualquier teoría de la "conspiración" hacia Peinador. Estas fueron las ayudas de los últimos ocho años:

Gobierno de Núñez Feijóo. Datos oficiales entre los años 2009 y 2012:

• Inversión en Lavacolla .......................... 4,02 millones de euros

• Inversión en Alvedro .......................... 3,57 millones de euros

• Inversión en Peinador .......................... 3,72 millones de euros



Gobierno de Pérez Touriño. Datos oficiales entre los años 2005 y 2008:

Inversión en Lavacolla .......................... 3,8 millones de euros

Inversión en Alvedro .......................... 300.000 euros

Inversión en Peinador .......................... 0 euros



Y es que, para comparar con mayor rigor lo que han significado las ayudas públicas a las compañías, conviene recordar que el gobierno bipartito de la Xunta que presidió el socialista Emilio Pérez Touriño también desarrolló una política de subvenciones a las compañías, aunque en esos años sí que fuera evidente el desequilibrio entre las tres terminales gallegas.

Conviene recordar también en qué se gastaron las subvenciones públicas que se utilizaron en Peinador. Fundamentalmente, se usaron para fomentar el vuelo a Londres y, en menor medida, también para sufragar parte del coste de las líneas a Bruselas y a Sevilla. En total, la suma de todas las aportaciones se fue a los 5,4 millones de euros, de los cuales 3,8 salieron de las arcas de la Xunta de Galicia y 1,6 de los fondos municipales del Concello de Vigo.

Ahí tenemos todos los resultados. Ahora toca decidir si persistimos en la misma política equivocada o comenzamos a definir una política aeroportuaria para Galicia, en la que Vigo tenga un peso específico acorde con su peso poblacional, industrial y turístico. En ese camino siempre encontraréis al PP de Vigo y a mí personalmente. La vía de la dinamita y la confrontación es patrimonio de otros.

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